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MODA DEL SIGLO 21

MODA DEL SIGLO 21

Se afirma que el actual sistema de la moda se fraguó con el gran modisto inglés Charles Frederick Worth, y lo hizo asentándose sobre dos pilares: La Alta Costura y la Confección que después evolucionó al llamado prêt- á- porter. Worth sentó las bases de la Alta Costura. En 1857 abrió su tienda de modas en París, donde se estableció, y tuvo un éxito espectacular: diseñó los ciento cincuenta vestidos exclusivos que lució la emperatriz Eugenia de Montijo en la inauguración del Canal de Suez. Es el precursor de los primeros pases de modelos: presentaba una nueva colección de sus diseños cada temporada. Además al presentarlo sobre modelos de carne y hueso supuso un avance original. Las clientas elegían y se realizaban los modelos a medida. Durante unas décadas el concepto moda y alta costura se identificaron.

La moda en este periodo adquiere una importancia tal, por el desarrollo y expansión alcanzados, que merece un capítulo a parte. Dividimos este siglo en dos etapas, bien distintas :

Primera etapa. Periodo de guerras.

La primera mitad de siglo marcada por varios factores que influyen decisivamente sobre el tema de la moda: las dos guerras mundiales y la alta costura. La Primera Guerra Mundial aceleró los cambios en varios campos de la sociedad y cultura: un número cada vez mayor de mujeres con estudios superiores, la fascinación por los deportes, y el uso generalizado de los automóviles, dando lugar a un nuevo estilo de vida. En consonancia con ese estilo las mujeres usan cada vez más a diario el traje sastre de mayor funcionalidad. Esto convive con las creaciones propias de los modistos de alta costura que, fieles al espíritu del Modernismo, proponen para la mujer un canon de belleza combinación de elegancia y opulencia. La silueta en forma de “S”, requiere seguir usando los incómodos corsés.

Fue otro diseñador de alta costura, Paul Poiret, en su afán de descubrir nuevas formas de belleza para la mujer, el que prescinde de los corsés, cambiando la silueta al “estilo helénico”, sus diseños están influenciados por temas orientales, introdujo en este sentido el turbante como tocado de mujer.

En estos momentos, un artista granadino afincado en París, Mariano Fortuny inventa un vestido plisado al que llamó “Delphos”, inspirado en las siluetas griegas. Él mismo teñía la tela consiguiendo colores delicados, o bien la estampaba en numerosas ocasiones con motivos japoneses. Solía emplear seda y consigue aunar belleza, comodidad, sobriedad, a través del tejido noble que cambiaba de tonalidad y brillo con el movimiento. Lo llevaron las mujeres más bellas e importantes del momento.
El atuendo masculino sufre modificaciones pequeñas como chaqueta más holgada y pantalones más estrechos en los bajos para favorecer el movimiento.

Después de la Primera Guerra Mundial, una vez superados los estragos propios de un conflicto armado, se producen cambios importantes, se empieza acelerar el ritmo de vida de la gente. En la vestimenta de la mujer: se acorta la falda del tobillo a la rodilla. El peinado se hace más sencillo a modo de melena corta; se adopta un estilo masculino a lo garçonne (por encima de la nuca), rechazando el realce del busto o la cintura, que dio lugar a lo que se conocerá como estilo art decó. La sencillez del vestido hace que se complementen con boas de plumas y otros accesorios. Surgen prendas específicas de playa, y costumbres como nadar y tomar el sol.

La diseñadora y modista Gabrielle (Cocó) Chanel, tuvo un papel decisivo en el cambio de indumentaria femenino e introdujo un nuevo concepto de elegancia femenino. Diseñó ropa juvenil, cómoda, dando a la mujer un aspecto esbelto y chic; utilizó tejidos y formas novedosos. Creó el petit robe noir, un sencillo vestido negro, ya un clásico en la moda de elegancia sencilla. Otra de sus importantes contribuciones a la moda es la ostentosa bisutería.

Los nuevos movimientos artísticos como el surrealismo, el futurismo y el art decó propusieron que todo el entorno de la persona, incluyendo la indumentaria, debería estar en armonía, como un única manifestación de artística. Los accesorios decorativos y textiles del art decó surgieron de la colaboración de artistas de vanguardia. La diseñadora que trabajó más directamente con éstos fue la genial Elsa Schiaparelli.

La Segunda Guerra Mundial causó un importante perjuicio a la moda parisina. Alemania pretendía trasladar a Berlín o Viena, la Alta Costura parisina, sin conseguirlo. Al terminar la contienda, comienza un periodo de escasez y racionamiento en todo y por tanto en el textil. Se dan órdenes en distintos países que regulan la cantidad de tejido a utilizar en las prendas. Esto lleva a fomentar la falda recta y lisa. Trajes con estilo militar, zapatos con plataforma de corcho más baratos que el cuero, etc.

París recupera la actividad de la industria de la moda, a través de exposiciones, y del diseñador Christian Dior creador del “el New Look“que ejerció una enorme influencia en el vestir de la mujer.

Segunda etapa. Fuerte impulso de la moda.

En el mundo de la moda se producen dos corrientes paralelas, por una parte la alta costura parisina empieza a revitalizarse. El diseñador más importante fue el español Cristóbal Balenciaga, que empezó en 1937 en París, donde se estableció, y creó una estructura completamente moderna. Se le dio el nombre de “el Maestro” de la alta costura, sus diseños con alta técnica de confección y creatividad, parecían obras de arte y además resultaban muy cómodos. Algunos trajes suyos son la base de las prendas femeninas de toda la segunda mitad de siglo. En 1967 con cuando se retiró el diseñador Balenciaga, se cierra lo que se ha denominado el siglo de oro de la moda, que nació en 1860 con Worth. Prácticamente desaparece la alta costura, al menos con el esplendor que mantuvo todo ese periodo.

Simultáneamente, en la década de los 60 y 70 surge una indumentaria de buena calidad y precios razonables. Se le llamó prêt-à-porter. Era ropa confeccionada en fábricas en serie, pero con un buen diseño, muy apta para los nuevos gustos de la mujer activa y trabajadora, es decir con un valor añadido estético y un sello personalizado. Es en estos momentos cuando empieza a popularizarse, a democratizarse la moda. Sería lo opuesto a una confección cuidada, artesanal, aunque con los adelantos en maquinaria de textil, algunas marcas de moda logran un buen acabado de las prendas. Las grandes firmas crean dos líneas: una de ropa exclusiva y refinada y otra, la de prêt-à-porter, que sostiene la marca de moda.

París sigue siendo la capital de la moda, pero durante el periodo de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos había seguido creando moda, y acrecentando su industria textil, de modo que Francia comparte hegemonía con otros países como USA y Gran Bretaña. Actualmente se habla del al triángulo de moda, París-Nueva York-Italia.

En estas décadas surge un fuerte protagonismo de la juventud, marcado por la revolución del mayo del 68 francés, buscando nuevos espacios de expresión distantes de los adultos, en el mundo de la canción viene representado por el nuevo estilo de The Beatles, y también se deja sentir en el campo de la moda.

La “mini” ideada por Mary Quant, el vestido corto que deja al descubierto los muslos, aceptada como estilo normal del siglo XX. La aceptación en masa de los pantalones que habían tenido su uso para diversas actividades de trabajo, deportivas, etc. El espaldarazo definitivo a la modernidad juvenil, vino de la mano de Andrè Courrèges, cuando presentó un conjunto pantalón como vestido de noche.

En este marco de protesta y rebeldía juvenil, como movimiento contrario a lo que se consideran convencionalismos sociales establecidos, aparece la moda hippie y folk.

El pantalón vaquero o jeans se convierte en la prenda estrella de la juventud americana y gracias al cine de Holywood, ha calado en gente de todo el mundo, de toda edad, clase, nación, como una prenda básica en el atuendo cotidiano. El jean es uno de los símbolos más característicos de la moda de este final siglo. No es ya una moda sino un estilo, una demostración de una forma de vestir menos obsesionada por el prestigio a través de la forma de vestir.

En las últimas décadas de siglo los grandes diseñadores y modistos toman como fuente de inspiración los estilos urbanos. Un ejemplo de esa mezcla de elegancia y estilo de la calle la ha logrado siempre el modisto francés, Yves Saint Laurent. En la década de los ochenta se ha alcanzado cierta estabilidad política y económica y la moda adquiere un estilo elegante y sobrio de la mano de diseñadores italianos como Giorgio Armani, éste crea trajes, y, en general, prendas funcionales y de gran estética. Su clientela es tanto la mujer y el hombre ejecutivos.

Un hecho decisivo para la moda de este siglo fue la aparición de las fibras artificiales: nylon, poliéster, lycra; al principio como sustitutivas de las fibras naturales más costosas, pero posteriormente son apreciadas por sus prestaciones y texturas. Se puede afirmar que gran parte de las variaciones e innovaciones que se producirán en el campo de la moda, están en la línea de investigar nuevas fibras que den lugar a tejidos diferentes. En esta última década más que el diseño, cabe destacar la innovación en los tejidos. Se inventan nuevas mezclas: tejidos plastificados, tornasolados, metalizados, imitaciones únicas; destacan los diseñadores japoneses como Issey Miyake, Yohi Yamamoto, etc.

Hacia finales del siglo XX se producen hechos tan trascendentales como la caída del llamado “telón de acero”. El mundo de la moda evoluciona hasta convertirse en una industria gigantesca. Una de las propuestas interesantes en la línea del desarrollo sostenible, es la idea de ropa reciclada en oposición a un sistema que continuamente crea cosas nuevas y descarta las viejas.

La moda se centra en el cuerpo como un objeto o prenda más a “llevar”, de ahí el auge de tatuajes, piercings y demás adornos corporales.

Se puede afirmar que a finales del siglo XX y principios del XXI, se ha producido un triunfo del prèt-a-porter, y sobre todo de las grandes superficies (Zara, Mango, Gap, H&M, etc.). Su éxito parece que reside en que se basan en las líneas de alta costura, haciendo sus precios asequibles, y sobre todo en la rapidez de la cadena de producción y distribución, consiguen que las diversas creaciones lleguen a distintos ambientes en tiempos record, logrando una expansión de la moda en todas direcciones y puntos geográficos.

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